Si luchas contra los pensamientos negativos, puedes (además de meditar) beneficiarte de trabajar en la forma en que enfocas tus pensamientos y sentimientos.
Tendemos a identificarnos tanto con lo que pensamos y sentimos que podemos llegar a convencernos de que nuestros pensamientos y sentimientos son verdaderos y se ajustan completamente a la realidad.
Los pensamientos como hipótesis
Pero intenta ver tus pensamientos y sentimientos como hipótesis. Es decir, como una sugerencia de cómo puede percibirse una situación. Pero siempre abiertos a otras interpretaciones.
Si piensas: «SOY estúpido», es muy saludable que te sorprendas a ti mismo en el pensamiento negativo y te digas de forma muy pedagógica: «Vale, creo que soy estúpido. Pero, ¿qué otras posibilidades puede haber? ¿Hay situaciones en las que podría no haber sido estúpido?».
El mero hecho de que estés leyendo este texto, personalmente creo que es bastante inteligente. Y sin duda hay un montón de situaciones y experiencias que desmentirán su hipótesis.
Puede parecer muy sencillo, y de hecho lo es. Pero si somos más conscientes de cuándo pensamos negativamente, también será más fácil cortarlo de raíz y trabajar para superarlo.
Entrenar la concentración en los pensamientos mediante la meditación
Cuando meditamos, entrenamos nuestra conciencia de que los pensamientos surgen. Y nos entrenamos para ampliar el espacio desde un pensamiento que conduce automáticamente al siguiente. De este modo, creamos espacio para cortar de raíz los pensamientos negativos. En otras palabras, tomamos conciencia de que el pensamiento surge y elegimos qué hacer con él.
En la meditación, elegimos dejar ir el pensamiento y no perseguirlo más. Puedes leer más sobre este tema aquí.
Pero cuando no estamos meditando y nos damos cuenta de un pensamiento negativo, podemos utilizar nuestra atención entrenada para elegir qué hacer con él.
Podemos convertirlo en una hipótesis y comprobar si realmente tiene algo de cierto, o podemos disolverlo de nuevo, o al menos hacerlo menos dominante. Puede ser en relación con lo que pensamos de nosotros mismos, o de nuestra vida cotidiana, o de nuestros amigos y conocidos.
Cuanto más lo practiquemos, menos riesgo habrá de que los pensamientos negativos se eleven a una especie de verdad tácita que nos cueste borrar.
Si tienes problemas con los pensamientos negativos, puedes (además de meditar) beneficiarte de trabajar la forma en que enfocas tus pensamientos y emociones.
Tendemos a identificarnos tanto con lo que pensamos y sentimos que podemos convencernos de que nuestros pensamientos y sentimientos son verdaderos y se ajustan completamente a la realidad.
Los pensamientos como hipótesis
Pero intenta ver tus pensamientos y sentimientos como hipótesis. Es decir, como una sugerencia de cómo puedepercibirse una situación. Pero siempre abiertos a otras interpretaciones.
Si piensas: «SOY estúpido», es muy saludable que te sorprendas a ti mismo en el pensamiento negativo y te digas de forma muy pedagógica: «Vale, creo que soy estúpido. Pero, ¿qué otras posibilidades puede haber? ¿Hay situaciones en las que podría no haber sido estúpido?».
El mero hecho de que estés leyendo este texto, personalmente creo que es bastante inteligente. Y sin duda hay un montón de situaciones y experiencias que desmentirán su hipótesis.
Puede parecer muy sencillo, y de hecho lo es. Pero si somos más conscientes de cuándo pensamos negativamente, también será más fácil cortarlo de raíz y trabajar para superarlo.
Entrenar la concentración en los pensamientos mediante la meditación
Cuando meditamos, entrenamos nuestra conciencia de que los pensamientos surgen. Y nos entrenamos para ampliar el espacio desde un pensamiento que conduce automáticamente al siguiente. De este modo, creamos espacio para cortar de raíz los pensamientos negativos. En otras palabras, tomamos conciencia de que el pensamiento surge y elegimos qué hacer con él.
En la meditación, elegimos dejar ir el pensamiento y no perseguirlo más. Puedes leer más sobre este tema aquí.
Pero cuando no estamos meditando y nos damos cuenta de un pensamiento negativo, podemos utilizar nuestra atención entrenada para elegir qué hacer con él.
Podemos convertirlo en una hipótesis y comprobar si realmente tiene algo de cierto, o podemos disolverlo de nuevo, o al menos hacerlo menos dominante. Puede ser en relación con lo que pensamos de nosotros mismos, o de nuestra vida cotidiana, o de nuestros amigos y conocidos.
Cuanto más lo practiquemos, menor será el riesgo de que los pensamientos negativos se eleven a una especie de verdad tácita que nos resulte difícil volver a borrar.
Esta reseña es una pequeñísima parte de la sesión 4 del curso de mindfulness «Fundamentos», a disposición de los miembros de Mindnow para ayudarle a liberarse del estrés y los pensamientos y encontrar la paz.
Aprende, practica y adapta la atención plena a tu vida cotidiana y a tus necesidades.